top of page

3. Exposición oral

 

 

Imaginaos que preguntáis a un amigo: "¿Qué has hecho este fin de semana?", y mientras os está respondiendo le dais la espalda y os ponéis a silbar. Es muy probable que vuestro comportamiento haga enfadar a vuestro interlocutor, ya que el mensaje corporal que transmitís es el siguiente: "No me interesa nada lo que me estás contando".

 

Probad a decir la oración: "¡Qué clase me toca ahora!" con tres mensajes emocionales: alegre, pesimista y sarcástico

Quienes escuchen han de intentar identificar de qué mensaje se trata. Si nuestros interlocutores no captan el sentido del mensaje, introduciremos cambios en las tonalidades y en las expresiones corporales para mejorar la eficacia de nuestra comunicación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estos ejemplos sirven para entender que, en cualquier texto, sea del tipo que sea, es tan importante el contenido (lo que se comunica) como la forma (la manera de comunicarlo). O lo que es lo mismo, imaginad que intercambiais los mensajes y las expresiones corporales de los dos vídeos anteriores: ¿seguirían transmitiendo lo mismo y causando el mismo efecto?

 

De hecho, se calcula que la mayoría de nuestras comunicaciones se ajusta a los porcentajes siguientes:

  • Palabras (lo que pronunciamos): 7%

  • Tono de voz: 38%

  • Expresión corporal (postura, movimiento, expresión facial, mirada, etc.): 55%


Por tanto, al realizar una exposición oral, debemos cuidar al máximo la forma de comunicar los conocimientos, buscando la claridad en las explicaciones y teniendo en cuenta el nivel de comprensión del receptor. Si se descuidan estos aspectos formales, posiblemente el receptor no comprenda correctamente el mensaje. De todo esto se viene ocupando desde hace siglos  la disciplina conocida como oratoria.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3.1. La oratoria

 

La oratoria es el arte de hablar con elocuencia. Dicho arte se aplica en todos los procesos comunicativos hablados; entre ellos, las exposiciones orales. 

 

Su finalidad suele ser persuadir al receptor; es decir, conseguir que con las razones que uno expresa oralmente, se mueva al receptor a creer o hacer una cosa. Sin  embargo, esta no es su única finalidad, ya que también puede buscar simplemente transmitir información, como sucede en las exposiciones orales. Pero, como regla general, un buen orador debería ser capaz de cambiar las emociones de sus oyentes, y no solo de informarles.

 

La oratoria nació en Sicilia y se desarrolló fundamentalmente en la Grecia clásica. Alrededor del año 485 a.C., en la ciudad siciliana de Siracusa, dos tiranos (Gelón y su sucesor, Hielón I) expropiaron las tierras a los ciudadanos y se las dieron a miembros de su ejército personal. Más tarde, cuando llegó la democracia y se derrocó a los tiranos, los perjudicados quisieron recuperar sus propiedades, lo que dio pie a una serie de pleitos en los que se vio qué importante era la elocuencia para conseguir lo que se pretendía. 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

La oratoria ocupó un lugar importante en el sistema educativo antiguo y medieval, y no empezó a perder peso hasta el siglo XIX, cuando el sistema educativo empezó a centrarse, casi exclusivamente, en el estudio de la lengua escrita.

Fijémenos ahora en la cara y los gestos de las persona que habla en el siguiente vídeo para deducir, sin necesidad de oír su voz, el tono emocional de su mensaje. ¿Qué expresiones corporales nos ayudan a deducirlo?

A continuación, escuchemos el siguiente mensaje sin ver en un primer momento las imágenes del vídeo. Tras deducir el tono emocional por la voz, veremos el vídeo para comprobar si la expresión corporal corrobora o no nuestra deducción.

3.2. Pautas para una exposición oral

Actividad 6

En grupos de 3, leed el artículo periodístico, aparecido en el diario El País, que encontraréis en el siguiente enlace.

A continuación, debatid en torno a las siguientes preguntas:

  • ¿Creéis que es importante aprender a realizar exposiciones orales? ¿Por qué?

  • ¿Os parece que en el sistema educativo español se da la importancia que merece al estudio de la oratoria? Si os parece que no, ¿cómo creéis que podría mejorarse esta situación?

  • ¿Qué opinión os merece la idea de combinar los exámenes escritos con exámenes orales?

Antes de la exposición oral

 

  • Elabora un guion del trabajo, en el que resumas y estructures las ideas más importantes. Al elaborar el guion:

- Recuerda que es solo un texto de apoyo para que no te pierdas. No debes leerlo, sino que debes haber asimilado previamente el contenido del trabajo.

- Estructura la información de forma esquemática, para que echando una simple ojeada al texto localices los puntos que estás tratando.

- Destaca las palabras clave en negrita, con distintos colores o subrayándolas.

 

  • Prepara los materiales complementarios que necesites (objetos, gráficos, fotografías, etc.). Si recurres a una presentación en PowerPoint, sigue estas indicaciones:

- Elabora las diapositivas para que enriquezcan la exposición, no para que se limiten a repetir lo que explicas.

- Diseña las diapositivas de forma atractiva y sobria a la vez, evitando el exceso de animaciones y ornamentos.

 

  • Ensaya la exposición las veces que haga falta, adaptándote al tiempo de que dispones y corrigiendo los fallos.

 

Durante la exposición oral

 

  • Llega con antelación a la cita y comprueba que todo esté a punto (sobre todo, el funcionamiento del equipo informático).

 

  • Saluda al auditorio, preséntate y explica brevemente de qué vas a hablar. Mira al público y procura dominar los nervios.

  • Explica la estructura del trabajo y, a continuación, expón ordenadamente el contenido. Sigue el guion y exprésate en voz alta y clara, con frases breves y sencillas, evitando resultar monótono. Cuida los gestos: debes transmitir naturalidad.

  • Termina con una breve recapitulación de las ideas más importantes o con las conclusiones del trabajo.

  • Agradece al público su atención y cédele la palabra.

Después de la exposición oral

 

  • Autoevalúate y atiende a las evaluaciones de tus compañeros sobre la exposición, siguiendo los ítems de valoración que aparezcan en la rúbrica de evaluación.

    

Después de conocer distintos tipos de textos expositivos escritos y orales, es hora de aplicar lo aprendido.

 

Según la oratoria, un discurso que vaya a exponerse ha de contener estas fases:

  • Inventio: el orador selecciona el tema del que va a hablar e investiga sobre el mismo, eligiendo aquellas ideas que sean más adecuadas para su exposición.

  • Elocutio: se refiere al modo de expresar verbalmente de manera adecuada los materiales de la inventio que se han ordenado en la dispositio. Esta fase incluye la elección de un lenguaje claro, preciso y correcto, así como del registro adecuado.

  • Compositio: es la fase de redacción del texto, centrada en la composición sintáctica de las oraciones que lo componen. 

  • Memoria: el orador memoriza el discurso, utilizando recursos que faciliten el recuerdo.

  • Actio:  el orador pronuncia el discurso, prestando atención a la modulación de la voz y de los gestos, que han de guardar relación con el contenido del discurso.

bottom of page